Apareció con la misión de jubilar al Corsa y posicionarse por encima del Aveo. En tierras mexicanas, el Chevrolet Sonic conquistó las agencias al instante. Presumía una estética audaz, un tablero digital inspirado en las motos que fascinó a las nuevas generaciones y una robustez que lo distanciaba de cualquier coche básico convencional.
Por mucho tiempo, dominó las avenidas y los planes de crédito. Sin embargo, al acumular fatiga, esa ilusión se transformó en un calvario de temperatura para sus dueños. Si posees uno o buscas una «oferta» por su baja reventa, ten presente que su refrigeración es su talón de Aquiles. Es una máquina que no perdona la negligencia; un descuido hoy se paga caro mañana.
Contenido Verificado por Expertos
Entrevistamos a Jorge Soto, nuestra autoridad en plantas de poder de General Motors. Jorge domina cada secreto del Sonic tras años de experiencia. «Es un vehículo cuya residencia habitual es el taller debido a las altas temperaturas», nos explica. «La arquitectura interna es sólida; el verdadero conflicto reside en los componentes periféricos».
La Pesadilla Nacional: El «Código 89»
Antes de entrar en materia, hablemos del dolor de cabeza que todos conocen. Si conduces un Sonic, tarde o temprano el tablero te lanzará un mensaje inevitable: Code 89.
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¿De qué se trata? Es una señal de auxilio que indica que el sistema que regula la temperatura perdió el control.
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Lo que pasa en realidad: La pieza original es de plástico y lleva dentro un componente eléctrico que simplemente no aguanta el ritmo y se truena. En cuanto aparece ese código, el ventilador empieza a rugir con todo para evitar que el motor se cocine. No hay remiendo que valga: te toca renovar toda la base y el termostato de una vez.
Las 5 Fallas Crónicas del Chevrolet Sonic

1. El exceso de plástico en el sistema térmico
Más allá del termostato, el sistema de refrigeración es de cristal.
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La señal de alerta: Empiezas a sentir un olor dulzón (anticongelante evaporándose) y notas manchas naranjas en el suelo.
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El origen: El depósito de recuperación se tuesta y se raja con el calor. Lo mismo pasa con la toma de agua; al ser de plástico, termina por quebrarse.
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El remedio: Sustituir las piezas. Un consejo de oro: busca las tomas de agua y carcasas de aluminio que venden por fuera de la agencia. Son el remedio definitivo contra el plástico que se deshace.
2. La banda de distribución: El «adiós» definitivo
Este es el fallo que manda al coche directo al deshuesadero.
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El problema: El motor Ecotec 1.6L es de «interferencia». Si la banda de tiempo truena, los pistones golpean las válvulas y el motor queda inservible.
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El riesgo real: Aunque el manual prometa más vida útil, con el calor y el tráfico pesado de nuestras ciudades, estas bandas suelen rendirse a los 50,000 o 60,000 km.
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El remedio: Cambia el kit completo (banda, poleas y bomba de agua) sin falta cada 45,000 km. No te juegues la vida del motor por estirar un poco más el gasto.
3. El riel de bobinas
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La señal de alerta: El coche vibra cuando te detienes, se siente «burro» al acelerar y el testigo del motor parpadea.
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El origen: El Sonic no usa cables individuales, sino un riel completo para los cuatro cilindros. Si un punto falla, la pieza entera queda herida de muerte.
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El remedio: Cambia el riel completo y ponle bujías nuevas. Unas bujías viejas o mal calibradas son las que terminan achicharrando la bobina.
4. Enfriador de aceite: El temido «Chocomilk»
Un mal que comparte con sus hermanos el Cruze y la Trax.
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La señal de alerta: Revisas el anticongelante y parece un batido de chocolate espeso, o notas fugas de aceite en el piso.
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El origen: Los sellos o ligas del enfriador se tuestan, permitiendo que el aceite se mezcle con el agua.
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El remedio: Hay que reemplazar los empaques del enfriador y darle una limpieza profunda a todo el radiador para sacar la grasa.
5. El botón de la palanca (Versiones Automáticas)
Un detalle pequeño que te puede dejar varado.
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La señal de alerta: No puedes poner «Parking» o la llave se queda atorada porque el botón de la palanca se rompió o se hundió.
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El origen: El mecanismo interno es de un plástico muy básico que no aguanta el uso constante.
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El remedio: No gastes en la palanca completa; ya venden kits de reparación reforzados que solucionan este detalle para siempre.
🔧 El Veredicto del Mecánico
«El Sonic es un coche de ‘mírame y no me toques’ en cuanto a temperatura», advierte Jorge Soto. «Si eres estricto con el anticongelante de calidad (GM Dexcool) y te anticipas cambiando las piezas de plástico por las de aluminio, te quedas con un auto muy divertido, sólido y seguro».
«Pero mucho cuidado: jamás compres un Sonic si no tienes la certeza de cuándo se cambió la banda de distribución. Si el vendedor duda o no tiene el comprobante, da por hecho que esa banda es una bomba de tiempo. Mi consejo es que regatees el precio, lo compres barato y te vayas directo al taller a cambiarla. Me ha tocado ver motores con apenas 60,000 km convertidos en chatarra por descuidar ese ajuste».
Especialista en General Motors
Guía de Compra: ¿Vale la pena?

El Sonic puede ser una excelente oportunidad de compra por su bajo precio, pero solo si eres cuidadoso y revisas estos tres puntos clave antes de soltar el dinero:
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La prueba del ventilador: Enciende el motor y deja que tome temperatura. Si el ventilador se activa a máxima potencia y no descansa (suena literalmente como una turbina de avión), lo más probable es que tenga el Código 89 o el termostato ya pasó a mejor vida.
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La prueba del depósito: Con el motor totalmente frío, abre el tanque del anticongelante. Si notas aceite flotando o una especie de lodo café… date la vuelta y vete. Limpiar esa mezcla de «chocomilk» en todo el sistema es un dolor de cabeza costoso y complicado.
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Ruidos de «matraca»: Al arrancar, presta mucha atención al lado derecho del motor (donde están las bandas). Si escuchas un golpeteo rítmico metálico, es señal de que los engranes variadores (VVT) están en las últimas y te tocará invertir en ellos pronto.
Conclusión
El Chevrolet Sonic (2012-2017) es un coche con muchísima personalidad y un manejo que le da mil vueltas al Aveo o al Versa cuando sales a carretera. Es un vehículo que se siente plantado, estable y que responde con firmeza al frenar.
Sin embargo, hay que ser claros: no es un coche de batalla para darle un trato rudo y olvidarse de él. Es una máquina que exige dueños detallistas y preventivos. Si eres de los que espera a que salga humo del cofre para visitar al mecánico, el Sonic va a vaciar tu cartera. Pero, si te anticipas, cuidas sus puntos débiles y reemplazas las piezas de plástico antes de que fallen, habrás conseguido un excelente auto por una inversión muy pequeña.
Redacción por Gossipvehículos






































