A primera vista, el Ford Focus (Generación Mk3) parece el paquete completo. Presume ese manejo preciso de ADN europeo, un interior futurista que te hace sentir en una cabina espacial y un diseño que, a pesar de los años, no ha envejecido nada mal.
Cuando aterrizó en 2012, tenía todo para dominar el mercado. Sin embargo, Ford tomó una decisión que sentenció su destino: equiparlo con la transmisión PowerShift (DPS6).
Lo que se anunció como una tecnología innovadora diseñada para optimizar el combustible, terminó siendo un desastre mecánico que dejó una cicatriz imborrable en el prestigio de la marca. Actualmente, es muy fácil toparse con Focus automáticos a precios de ganga, pero llevártelo a casa es, básicamente, apostar tus ahorros en una ruleta rusa. Si te ofrecen uno «como nuevo» y a un precio irresistible, piénsalo dos veces antes de cerrar el trato.
Contenido Verificado por Expertos
Hablamos con Jorge Soto, un experto que vive el día a día de las transmisiones automáticas, y su diagnóstico no deja lugar a dudas: «En mi taller, el Focus automático de esta generación es el cliente más fiel. Aquí no existe la suerte; no es una duda de si te va a dejar tirado, sino de qué día lo hará. Es frustrante ver a los dueños desesperados porque arreglarlo termina costando casi la mitad de lo que vale el auto completo».
El Villano: La Transmisión PowerShift (DPS6)

Esa es, precisamente, la trampa detrás de sus precios tan tentadores. Aquí te explico qué pasa realmente:
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¿Qué es exactamente? Imagina una caja manual, pero «robotizada» con un sistema de doble embrague seco. En resumen: una computadora hace el trabajo de los pedales por ti, quitándote el control de los embragues.
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El origen del caos: Al ser un sistema «seco» (sin aceite que ayude a disipar el calor) y tener un software con muchos errores, la caja sufre muchísimo en el tráfico pesado. El calor hace que los sellos fallen, el aceite se filtra donde no debe, ensucia los embragues y ahí es donde empieza el calvario.
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La señal de alerta: El famoso «cacareo» o vibración. Cuando intentas avanzar suavemente en un semáforo, el coche tiembla con tanta fuerza que parece que un principiante está sufriendo para sacar el embrague en un auto estándar.
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El cerebro que falla: El Módulo TCM (la computadora que manda en la caja) tiende a sobrecalentarse hasta quemarse. Cuando esto pasa, el coche se queda «muerto», se pone en neutral de la nada o, de plano, pierde la reversa.
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La cruda realidad: Aunque Ford lanzó extensiones de garantía hace tiempo, la gran mayoría de estos vehículos ya no cuentan con ese respaldo. Hoy, hacer una reparación profesional y duradera te puede costar fácilmente entre $25,000 y $30,000 pesos.
Otras 2 Fallas Graves (Si la caja no te mata, esto sí)
1. Válvula de Purga (Cuando el tanque se «chupa»)
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La señal: Justo después de cargar gasolina, el coche se pone caprichoso: le cuesta arrancar o, peor aún, se te apaga cuando vas lento. También es común que la aguja del tablero empiece a mentirte y marque cualquier cosa.
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¿Qué pasa ahí?: Hay una pieza llamada válvula EVAP que se queda pegada. El motor, en lugar de respirar normal, empieza a succionar el tanque de gasolina con tanta fuerza que parece que está usando un popote.
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El peligro real: Si ignoras este problema, la presión termina doblando el tanque de metal hacia adentro hasta deformarlo. Eso rompe la bomba de gasolina y lo que era un sensor barato se convierte en una reparación carísima.
2. Soportes de Motor (El coche que parece masajeador)
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La señal: Estás en un semáforo y sientes que el auto tiembla más de lo normal, sobre todo del lado del copiloto. Esa vibración se pasa al volante y hace que todo el tablero rechine o vibre de forma molesta.
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¿Qué pasa ahí?: El soporte derecho es hidráulico y tiene la mala fama de reventarse rápido, tirando el aceite que lleva dentro. Sin ese líquido que absorbe el movimiento, el motor pega metal con metal contra el chasis y te transmite todo el «cosquilleo» directo a la cabina.
⚠️ El Veredicto del Mecánico
«Aquí es donde hay que saber distinguir,» comenta Jorge Soto. «El Ford Focus es un AUTAZO… siempre y cuando sea ESTÁNDAR.»
«Si te topas con un Focus de transmisión manual (o mejor aún, el deportivo ST), no lo pienses y cómpralo. Su motor 2.0 es una joya: potente y muy aguantador. Pero si ves que es Automático (PowerShift), huye. No caigas en el cuento del vendedor que te dice que ‘ya le cambiaron todo’ o que ‘este viene sin fallas’. El problema de esa caja es un error de diseño desde la fábrica que, honestamente, nunca terminaron de arreglar del todo.»
Especialista en Ford
Guía de Compra: Detectando la PowerShift dañada

Si de plano te sientes valiente (o eres un poco necio) y estás decidido a ir a ver uno automático, no te vayas sin hacer estas pruebas de fuego:
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La Prueba del Tráfico: No te dejes convencer con sacarlo a carretera; ahí casi cualquier caja se siente bien. Lo que necesitas es meterlo a la ciudad, buscar calles con mucho tráfico, semáforos y topes, que es donde la PowerShift saca el cobre.
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El Arranque Suave: Suelta el freno y acelera muy poquito, con calma. Si notas que el coche da brinquitos, tiembla o tartamudea (como una lavadora vieja en el ciclo de centrifugado), es la señal clara de que los embragues ya pasaron a mejor vida.
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La Reversa: Pon la palanca en «R». Si el coche se queda pensando más de dos segundos antes de moverse o escuchas un golpe metálico seco (un «clank» feo), significa que la computadora de la caja, el módulo TCM, está en las últimas.
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La Pregunta Obligada: «¿Cuándo fue la última vez que le cambiaron el módulo TCM?». Si el dueño te dice que nunca le ha fallado o que sigue original, no es buena noticia: prepárate, porque lo más probable es que te toque pagarlo a ti muy pronto.
Conclusión
En resumen, el Ford Focus (2012-2018) nos cuenta la historia de dos autos completamente opuestos:
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El Manual: Es una joya que pocos valoran; un coche ágil, divertido y sumamente confiable.
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El Automático: Lamentablemente, se ha convertido en una auténtica trampa para tu bolsillo.
No permitas que su buen diseño o ese precio de oportunidad te cieguen. Si al subirte ves las letras P R N D S en la palanca… respira hondo y piénsalo muy bien. Tu tranquilidad y, sobre todo, tu cartera te lo van a agradecer.
Redacción por Gossipvehículos






































