SEAT arrancó en su primer trimestre con unas delicadas perdidas que golpean su facturación
SEAT cerró el primer trimestre con números preocupantes por la pandemia del COVID-19. Grupo Volkswagen registró un delicado balance de 48 millones de euros, una enorme diferencia de sus 89 millones de euros que había ganado en el mismo período del 2019.
Las cifras son, a simple vista, un mal sabor de boca, en medio de la pandemia. En el caso de la firma Martorell se sabe que tuvo una caída del 20,6% durante los tres primeros meses del año, hasta las 140.000 unidades comercializadas en todo el mundo.
Una situación bastante delicada desde un buen ojo analítico, sobre todo después de que los concesionarios y las fábricas de vehículos se vieran en la obligación de cesar sus actividades en distintas del mundo. En España la paralización se decretó hace un mes y medio cuando se aplicó el estado de alerta.
SEAT Martorell y otras fábricas reabrieron sus puertas de manera progresiva
Esta misma semana, SEAT Martorell y otras factorías españolas retomaron su producción de manera paulatina, donde ellos mismos pueden ver un poco de aire fresco en el sector. La crisis del COVID-19 ha frenado el crecimiento de SEAT, sumándose otros factores en los últimos cuatro años. Desde el 2016, tras haber superado la crisis económica de 2008, no ha dejado de dar escalones anuales de rentabilidad.
Sin embargo, en el 2019, SEAT concluyó como la empresa más rentable del Grupo alemán, su beneficio fue de 445 millones de euros, o sea, un 74,7% más con respecto a 2018. Martorell superó la barrera de los 500.000 coches producidos, esto no lo ha logrado ni PSA en Figueruelas que apenas producía 470.000 unidades. Vigo con 406.000 y Ford Almussafes con 345.700.
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La pandemia mundial impactó rudamente en el Grupo Volkswagen
No obstante, las cifras cosechadas por SEAT enmarcaron el impacto sustancial que ha experimentado el Grupo Volkswagen por el resultado de la pandemia mundial del coronavirus en los primeros tres meses.
La empresa alemana facturó de enero a marzo un 8,3% menos, hasta los 55.100 millones de euros, es decir que se desplomó en un 81,4%, 900 millones de euros. Todo eso pausado de una reducción de ventas del 23%, hasta los 2 millones de unidades, con Europa y Asia-Pacífico como los mercados más afectados.
La empresa además asegura que la liquidez se mantiene sólida, con 17.800 millones de euros, a pesar de que no alcanzará su objetivo de retorno de la inversión, es decir apenas un 9%.
Por ejemplo, Volkswagen vendió 765.000 vehículos hasta marzo, una caída del 16% con respecto del año pasado. Los ingresos por ventas se situaron en 19.000 millones de euros, obteniendo una disminución del 11,9% en comparación con el año anterior, y, su beneficio cayó en 481 millones de euros, frente a los 921 millones de euros.
Las otras firmas que se vieron afectadas por el COVID-19
Audi cerró con 268.000 ejemplares vendidos, 37.000 menos que en 2019. Los ingresos de venta subieron a los 12.500 millones de euros, mientras que la otra parte operativa cayó hasta los 15 millones de euros desde los 1.100 del año pasado.
Ahora, hablemos de Škoda. Esta firma por su parte vendió 237.000 vehículos y facturó 4.800 millones de euros, estamos hablando de 100 millones de euros menos que el año 2019. O sea, cayó 103 millones de euros.
Lamborghini vendió 2.253 coches; mucho menos de 100 que en el 2018, y de Ducati matriculó 10.171 motocicletas, cuando en el 2019 fueron mucho más, unos 13.806.
La marca Porsche vendió 56.000 coches, 1,3% menos que en el 2019 y, su factura cerró en 200 millones (5.400 millones), pero, su impacto se redujo 300 millones de euros hasta los 529 millones.
Bentley elevó sus ventas en 800 unidades, 3.302 ejemplares y facturó 620 millones de euros, obteniendo al final 56 millones de euros, es decir 49 millones de euros del mismo periodo que en el 2019.
Esperamos que pronto todo vuelva a la normalidad y las ventas se superen.
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