La escasez de microchips sigue ocasionando problemas para satisfacer la demanda en España.
La venta de vehículos en Extremadura sigue en picada, siendo el peor septiembre desde 2013, además se han matriculado un 11% de turismos menos que en el mismo periodo de 2022.
«Y el año pasado ya fue desastroso», asegura Cristóbal Maza, director gerente de Aspremetal (la asociación regional de empresarios del metal).
Evidentemente el factor principal es la crisis de microchips. Es decir, la imposibilidad de surtir de elementos a las fábricas de automóviles. Como consecuencia, las agencias están sufriendo retrasos para recibir vehículos y los tiempos de espera se han triplicado.
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“En el momento en el que los clientes quieren elegir un color o unas prestaciones diferentes a las de los vehículos que están en tienda y hay que pedirlos a fábrica, los plazos de espera se va a seis o siete meses” argumenta Meza.
Se trata de un problema que abarca todo el territorio español. Según el director comercial de turismos de automoción del Oeste «Lo habitual era que las entregas tardaran entre dos y tres meses”.
Lo cierto es que no se vislumbra una solución a corto plazo para un problema que se prolonga desde el pasado mes de marzo. Sin embargo, las previsiones apuntan a que los tiempos de espera se reducirán a partir del primer trimestre de 2022.
Actualmente las ventas se recuperaron, pero las empresas no pudieron hacerle frente a la alta demanda, por lo que fueron acumulando retrasos hasta llegar al punto actual. “Es una complicación para las ventas, porque unos tiempos tan largos desincentivan a los compradores”, lamentan desde Aspremetal.
Por otro lado, el mercado de vehículos usados ha visto una alza en los precios, ya que muchos clientes necesitan automóviles con rapidez y la alta demanda está encareciendo este negocio.
Redacción Gossip Vehículos Fuente: hoy.es