La reconocida empresa de servicios de mensajería y logística, FedEx, se encuentra en el centro de una impactante acusación que ha sacudido al mundo del transporte en Estados Unidos. Se le atribuye el supuesto mayor fraude de odómetro en la historia del país, lo que ha generado indignación y repercusiones legales significativas. Este escándalo ha dejado al descubierto una presunta conspiración que ha afectado la confianza de los clientes y ha planteado serias interrogantes sobre la integridad de la compañía.
Fraude a gran escala: FedEx enfrenta acusaciones de manipulación masiva de odómetros en sus vehículos de transporte
Revertir los odómetros en vehículos usados es una práctica deshonesta y común entre estafadores en todo el mundo. Sin embargo, cuando se trata de una empresa de transporte multinacional, la escala de este fraude puede ser abrumadora. FedEx, una reconocida empresa de servicios de mensajería y logística, se encuentra en medio de un escándalo, acusada de vender vehículos con lecturas de odómetro incorrectas a precios inflados, lo que ha sacudido la confianza de los clientes y plantea serias interrogantes sobre la integridad de la compañía.
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Según el documento presentado en la demanda colectiva, los demandantes acusan a FedEx de llevar a cabo un sistema sistemático y clandestino de reemplazo de odómetros en miles de vehículos de su flota de entrega diésel usados.
Estos nuevos odómetros se instalaban con una lectura de cero millas, ocultando así las «cientos de miles de millas» recorridas por los vehículos. Luego, FedEx supuestamente vendía estas camionetas y camiones de reparto a «propietarios de pequeñas empresas desprevenidos» sin revelar la inexactitud de las lecturas del kilometraje.
En muchos casos, los vehículos de la flota se ofrecían con 100,000 millas en el odómetro, cuando en realidad podrían haber recorrido hasta cuatro veces esa cantidad. Esto significaba que muchos de los vehículos estaban «más allá de su vida útil esperada», lo que resultaba en problemas mecánicos costosos e inesperados. La demanda también acusa a los concesionarios de Holman Automotive de tener conocimiento del fraude del odómetro, ya que tenían acceso al software de monitoreo de FedEx y a datos detallados de los vehículos.
Históricamente, FedEx solía desechar sus vehículos de flota una vez que habían alcanzado un cierto kilometraje. Sin embargo, esta práctica cambió alrededor de 2011, cuando la empresa decidió subastarlos con el objetivo de obtener ganancias.
Aunque no hay nada malo en subastar vehículos usados, se espera que el vendedor sea transparente y honesto acerca del historial y la condición de los mismos. El fraude del odómetro constituye una violación de las leyes federales y estatales, y el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo describe como un «delito pernicioso que roba miles de dólares a cada víctima que toca».
La demanda colectiva tiene como objetivo reclamar daños y perjuicios y poner fin a la presunta práctica fraudulenta del odómetro por parte de FedEx y Holman Automotive. Compradores privados en varios estados de Estados Unidos, incluyendo California, Florida, Nevada, Nueva Jersey, Tennessee y Virginia, han reportado casos de odómetros alterados en antiguas camionetas y camiones de FedEx.
En respuesta a estas acusaciones, FedEx ha declarado que «defenderá enérgicamente la demanda», mientras que Holman Automotive se ha negado a hacer comentarios sobre los litigios en curso.
Este escándalo ha generado una gran indignación y plantea serias preguntas sobre la confianza en las prácticas comerciales de una empresa tan prominente. A medida que el caso avance, se espera que se lleve a cabo una investigación exhaustiva para determinar la veracidad de las acusaciones y garantizar que se tomen las medidas necesarias para prevenir futuros fraudes similares en la industria del transporte.
Redacción por Gossipvehículos/Fuente: www.carscoops.com