Los dominicanos Hanley Ramírez y Juan Uribe tuvieron una guerra de egos para hacerse con el mejor auto en el equipo de los Dodgers de Los Ángeles.
Todo comenzó una mañana de marzo de 2014, cuando Uribe en el camerino de los Dodgers, hablaba con su agente de autos para adquirir un Ferrari 458 Italia valorado en US$250,000.
El camarero no solo se compraría un auto elegante y potente, sino que también lo personalizaría para ser la envidia entre sus compañeros de equipo.
Por su parte, Hanley Ramírez convenientemente escuchó un poco del parloteo de su compañero y se propuso superarlo en el apartado automotriz. El Slugger tomó el teléfono y compró el mismo auto, en blanco, con sistema de sonido, nueva carrocería y ruedas.
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El Ferrari de Hanley Ramírez ya estaba en sus manos y publicado en redes sociales antes de que Uribe pudiese si quiera culminar sus planes.
Lucha de egos
Uribe estaba molesto por la situación, pero lo que desató una lucha de egos fue su amigo en común, Alex Vega, que se encargaba de personalizar autos a más de 300 peloteros profesionales.
“Hanley me sigue molestando por haberte conocido”, Uribe le comentó, un día a Vega. “Por favor, no hagas sus autos de la misma forma como haces los míos”.
Sin embargo, Ramírez que tuvo 32 autos personalizados en el taller de Vega, The Auto Firm, y varias de ellas fueron motivadas por su deseo de molestar a Juan Uribe.
Juan Uribe le respondió a Ramírez con 458 Convertible, lo que le agregaría US$30.000 al precio anterior.
La felicidad le duró poco, ya que el primera base de Los Ángeles Dodgers adquirió un Lamborghini Aventador convertible con un precio cercano a los US$500,000 y después añadió otros $30,000 en personalizaciones a la cuenta.
Uribe fue consultado por esta competencia y mostró su cansancio “déjenlo que gaste su plata, ya no estoy en este juego”.
Redacción Gossip Vehículos Fuente: almedio