La futura y estricta Euro 7 podrían generar grandes consecuencias en Europa al momento de su llegada, aquí te comentamos algunas de ellas.
Desde el año 2025, Europa tendrá una nueva serie de normas que tienen la finalidad de continuar con la regulación de la contaminación del medio ambiente causada por los vehículos. Se trata de la norma Euro 7, una serie de normas en las que aún se trabaja para finalmente remplazar la Euro 6.
Aunque aún faltan algunos años para la entrada en vigencia de estas normas, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ha advertido sobre las consecuencias que podría tener sobre el mercado automotriz, siendo la principal el fin de los motores a combustión, donde incluso la Unión Europea está dispuesta a rebajar los exigentes requisitos de la norma Euro 7
De acuerdo a lo informado ya reúne a firmas como BMW, Daimler, Stellantis, Renault, Volkswagen, Ferrari, Ford, Toyota y Honda, donde aseguran que las normativas a llevarse a cabo en 2025 serán tan estrictas que pocos serán los motores actuales que estarán vigentes en el mercado.
Específicamente las medidas Euro 7 están orientadas al desarrollo de los vehículos, por lo que abarcan pruebas diversas tanto de laboratorio como de calle, bajo condiciones de la vida cotidiana y extremas.
Un ejemplo son los test que incluyen remolque en pendiente, arranque a muy bajas temperaturas, manejo bajo climas de extremo calor así como fríos, entre otras. En cada una de estas situaciones es fundamental la emisión de gases contaminantes.
La ACEA asegura que son muy pocos los motores que se venden en la actualidad y que podrían subsistir a estas normas. Sobre todo, los más afectados serían los que funcionan con combustibles fósiles. En consecuencia, las marcas de autos se verían obligadas a dar un giro a la movilidad eléctrica.
Aunque el resultado podría ser positivo para la Unión Europea, que busca la electrificación del mercado de autos, ACEA asegura que dicha situación no impulsaría a que los clientes compren los modelos eléctricos, sino todo lo contrario: permanecerán con sus “viejos” modelos que funcionan con combustible.
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Ante lo que sería la extinción de los motores a combustión, los fabricantes buscan hacer una transición más relajada, por ejemplo incorporando algunas nuevas tecnologías, como los combustibles sintéticos o el gas natural. Así, no estarían obligados a descartar proyectos y desarrollos en la actualidad, evitando rechazos de los clientes, ante decisiones abruptas.
Redacción: GossipVehículo y Fuente: autocosmos